Hoy te escribo

domingo, 8 de enero de 2012











No supe cómo empezar estas líneas. Traté con saludos cordiales, la formalidad de un: “sírvase la presente”, para desembocar en el inevitable y corriente: ¡hola!, ¿cómo estás? ¿Qué tal los años? ¿La familia cómo va? aunque conozco las respuestas desde hace 15 años, insisto en preguntar.

Vuelvo a escribirte en la distancia, ésa, la de los cuerpos. Desterrado de tus brazos, con mis pasos divorciados de tu camino, llevando a cuestas una sombra huérfana de la tuya.

La mano que te escribe, no pertenece ya al hombre que alguna vez tu rostro acariciaba, está vencida y trémula. Y sí, debo confesar, que al igual que a mis manos, tampoco reconozco este cuerpo, y dudo del espíritu que lo sostiene.

Sigo siendo el que conociste, mismo nombre, dirección y cédula de identidad. Sólo que más cansado, triste y solitario, frecuentando religiosamente la plaza que alguna vez fue tribuna para declararnos amor y hacernos solemnes promesas.

Trato por consideración y respeto de mantener las cosas que más te gustaban de mí: la pulcritud en la vestimenta, el gusto para las flores, el tinto con el punto de azúcar que no amarga ni empalaga, las canciones enamoradas y poéticas lecturas en las tardes.

Pero no todo está intacto, dejé de cocinar algunas de tus comidas favoritas y algunas esperanzas que aderezaban el impulso, retomé el hábito de fumar que tanto te costó que dejara, los labios que en otrora coincidían con los tuyos desmontaron la sonrisa, sólo hablan con tenderos de bares, y sirven para ir quemando a bocanadas tu recuerdo.

A esta fecha y en el día presente, tuviéramos la dicha de celebrar el cumpleaños del hijo varón que fraguábamos, con un nombre aún no definido por esperar ver su rostro, engendrado de nuestros más ardidos impulsos, en la cama de caoba que no compartimos, en la casa que nunca habitamos, en la vida que nunca tuvimos.

No te escribo para darte un parte de derrotas y fracasos, aunque no puedo negar que algunos planes no han salido tal y como los soñé contigo. Pues, ¿cómo he de hacer una vida completa con los sueños a medias? En fin, no escatimo bríos para saludar al sol, aunque últimamente despierto con ganas de no abrir los ojos, pero al enfrentar la luz, algo de cálidos días vuelven a mi sien, salgo presuroso a la vieja plaza, aún con la biblioteca de libros amarillentos y frecuentada por nostálgicos, me siento en bancos roídos a mordiscos por los años, a esperar que la brisa tibia de la tarde con que te fuiste te traiga de vuelta.

Soy un vestigio del Hombre que conociste, con 33 años encima y una vida que encarar.

Tal vez, a esta carta tampoco darás respuesta, como a todas las que llegan a tu puerta, por la gracia del parsimonioso paso del viejo cartero. Si te animas ¿recuerdas donde vivo? En la vieja Parroquia 23 de Enero, Bloque 11, piso 11, apartamento 11 “A”, en el cuarto del medio, frente a la sala, donde te vi salir cada vez más hermosa y mía. Mi teléfono sigue siendo el mismo que discabas en las madrugadas de insomnio por dormir conmigo. Espero recuerdes quien soy, Centauro Saher, venezolano y libre de decidir, que tomó la mala decisión de dejarte ir una tarde. Vuelvo al terrible trance que es despedirme de ti. Firma, besa y envía, el que por razones ya inexplicables, aún te ama.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Que bárbaro, demasiado amor reservado y sombrío entre recuerdos... Esa mujer debe sentirse orgullosa de ese amor... Aunque a veces esa lectura puede hacerme recordar un amor nunca dicho, un amor callado y tal vez hasta frustrado... Mi precioso Ali, mi dulce Alí...

Coral Espinoza dijo...

Simplemente encantador, espero esa mujer aun te sepa amar y correpodnda a tus bonitos sentimientos, de lo contrario creo que se lo estará perdiendo y ser a justa la hora que continúes tu camino. Sigue teniendo éxitos, Se te aprecia.

http://korages.blogspot.com/

Anónimo dijo...

La expresión pura y a flor de piel de hermosos sentimientos, los recuerdos y nostalgia brotan de tu memoria como aves que vuelven a su nido al atardecer, esperemos que vuelva a tu corazón con tales majestuosas palabras de amor. -Georkalí Omega-

Anónimo dijo...

Velcia!! Simplemente maravilloso... que bien conocerte así, tan tú, tan sincero, tan humano y tan enamorado; no esperaba menos de ti. Pero, fecha jodedora esa que se recuerda si se quiere olvidar! Abrazos!
Dagil Ochoa.

Anónimo dijo...

Por cosas como esas es que sentimos y todavía estamos vivos. Se siente! Pero insisto en leer historias ideales, que proyectemos a la realidad con nuestro pensamiento. Hoy caminamos por ahí como desalmados por huellas como esas, pasan todos los días, no sabemos las respuestas del por qué! Pero yo, al menos miro hacia atrás y me atrevo a sonreír cada beso, cada caricia, manos, olores, sabores, su voz! AH! SU VOZ!.
La vida y el amor son la misma cosa! Podemos vivir sin amar? Cuando sentimos dolor también estamos amando.
Valiosa creación!

Yessica.MK dijo...

Hay amores de amores, pero solo uno te deja guindad@ en el tiempo, ese al que le denominamos amor imposible, porque la vida siguió y por infinidades de razones no se pudo rescatar, pero sin embargo la dulzura de saber que se sintió, se vivió, esa indeterminada energía que a pocos nos atrapa, es suficiente para dibujar la sonrisa mas cálida en el rostro, dejando a quienes nos observan con preguntas a las que las respuestas le son insuficientes, provocando sed de seguir soñando........

Naim dijo...

SIN UNA OPINION LOGICA A TANTA BELLEZA JUNTA... SIMPLEMENTE A UN ME ERIZO AL LEERLO... BELLISIMO

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